17 de agosto de 2015

MUNROFICACIÓN MOCHILA BUNDESWEHR

MUNROFICACIÓN MOCHILA BUNDESWEHR

por Nacho


"La perfección se consigue, no cuando no haya más que añadir, sino cuando no hay nada más por quitar."

-Antoine de Saint-Exupery




La mochila del ejército alemán es económica (si la compramos usada) y resistente, y tiene una gran capacidad. Sin embargo dicha capacidad puede incitar a cargarla demasiado, y sin armazón ni un cinturón en condiciones que permita distribuir el peso hacia la zona lumbar terminaremos reventados. Por ello resulta la candidata ideal para aligerarla mediante el proceso que denomino “Munroficación” (por la mochila Berghaus Munro).



Lo primero que quitaremos serán los 3 bolsillos exteriores, que hacen la mochila muy aparatosa y al no poder cerrarse completamente no son fiables para llevar objetos pequeños. Los bolsillos laterales pueden aprovecharse como fundas organizadoras, y el superior puede servir para parchear posibles rotos.





Si nos fijamos bien, veremos que las hebillas de cierre son más bien redundantes: Hay 2 hebillas que cierran la capucha, y otras 2 que refuerzan el cierre del compartimento inferior. Como nuestra intención es no sobrecargar la mochila llenándola al máximo, podemos aprovechar las hebillas inferiores para cerrar la capucha. Retiramos las correas con cuidado y listo (podemos hacer una tira de esternón con ellas).





Otro elemento que no necesitamos es el portaherramientas central… si llevamos bastones o piolets ya encontraremos otras mil maneras de engancharlos.





Al ir quitando piezas exteriores, podemos arañar algunos gramos quitando también sus correspondientes refuerzos en el interior, siempre con la precaución de no cargarnos nada que deseemos conservar.





El “diafragma” que separa el compartimento inferior tampoco lo queremos, así que lo quitamos (el cordón servirá para hacer tiradores para las cremalleras). En este caso he conservado el forro de la espaldera para albergar la colchoneta y la bolsa de agua.





Por último retiramos la ridícula varilla que hace de “chasis” y recortamos el exceso de todas las correas. Si metemos en uno de los bolsos todo lo que hemos quitado y lo pesamos, veremos que llega a los 400 gramos… teniendo en cuenta que el peso inicial eran 1400, significa que hemos aligerado casi la tercera parte del total.





El resultado final es una mochila más “de ataque” en jerga montañera, y desde luego más realista en cuanto al peso que podemos cargar cómodamente. Un compromiso intermedio entre la durabilidad de una mochila de origen militar, y la ligereza de una ultraligera comercial…